Rusia, día 19: mira tú, ganó Inglaterra

“Baff, bola fácil de despejar”. Algo así debió pensar Akanji ante el disparo raso y sin potencia de Forsberg. Se equivocó. Era mejor dejarla pasar. Me duele en el alma tener que darle la razón a Ricardo Arjona, “pero bueno no es el que ayuda sino el que no jode”. Un partido muy trabado y con numerosas oportunidades desperdiciadas, se define por un fallo con las mejores intenciones del mundo. Si eso no es la definición de la tristeza, no se me ocurre qué más pueda serlo. Adiós Suiza, siga usted Suecia.

Y como mismo para unos es una desgracia, para otros es una bendición. Y si eres de ascendencia vikinga, seguro se lo atribuyes a uno de tus dioses, no importa cuál, intervención divina y no se discute más. ¿Cómo si no justificar que Suecia esté entre los ocho mejores del mundo si solo ha derrotado a México, Corea del Sur y Suiza? El azar es parte de los grandes torneos, injusto sería emparejarlos de forma que los mejores se enfrenten a los peores. O no, depende de a qué equipo te enfrentes o de por quién hinches. Igual a Suecia no es que le importe mucho.

Al parecer, llegó el día en que Inglaterra dejó de ser Inglaterra, justo cuando más se parecía a Inglaterra. Un penalti como una catedral y la ausencia de la estrella colombiana parecía darle el pase a cuartos de final a los inventores del fútbol. Ya estábamos en el tiempo extra, y los cafeteros empujaban con muchas ganas y pocas ideas. Inglaterra estaba casi segura. Solo un córner y Yerry Mina podrían salvarlos. Y en el 90+3, córner a favor de Colombia y gol de Yerry Mina. Es impensable, el Barça no puede permitir que un sudaca marque más goles que su estandarte político. ¿Qué sería de Catalunya si un colombiano fuese más temido que Piqué en cada jugada a balón parado? Por eso lo quieren ceder, que juegue en otro sitio; menos en el Madrid, claro.

Y en eso estábamos, Inglaterra se dejaba empatar en el descuento. Inglaterra, que nunca había ganado una tanda de penales. Inglaterra, que por no decepcionar prefiere decepcionar siempre. Inglaterra, agazapada durante los primeros quince minutos. Inglaterra que despierta. Inglaterra ataca y tiene par de oportunidades. Inglaterra, que de nuevo está en la tanda de penales. Y sin que nos diéramos cuenta, algo cambió en esta generación. De los cinco cobradores ingleses, solo uno falló, e igual fue una pedrada abajo que Ospina adivinó de pura suerte. Gracias a ese carácter, al parecer, Inglaterra es hoy una candidata seria. Quizás mañana vuelvan a ser ellos, pero hoy son algo distinto.

Acerca de Javier Montenegro

Estudiante de periodismo
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