Los delanteros marcan y los defensas despejan

Comenzó la Copa América y las primeras decepciones empiezan a mostrar la cabeza. El equipo argentino de fútbol desaparecía de la cancha a cada minuto, y Bolivia se aprovechaba de esto. Cada jugada de peligro salió de los pies de Leo Messi, Tévez y Lavezzi se encargaban de destrozarlas. El del Napoli no estaba muy concentrado y a cada rato perdía los nervios, hasta entrar con el pié por delante a un jugador rival y jugarse la expulsión. Tévez, muy apagado durante el primer tiempo y desaparecido en el segundo, fue solo una sombra de lo que suele ser. ¿Qué pasaba en la albiceleste? Sencillo, no existe un armador de juego, y los delanteros de menos gol abrieron de titulares. A Messi no se le puede pedir más, en el Barcelona el nunca tiene que arrancar desde media cancha, y mucho menos preocuparse por dar los pases a gol a sus compañeros, está cumpliendo un rol que no le corresponde.

Si Argentina estuvo deslucida en el primer tiempo, con la salida de Cambiasso el equipo se fracturó y quedó dividida en delanteros y defensas; Di María entró como extremo izquierdo, y solo dos mediocampistas quedaron entre los once. Banegas, al más puro estilo del “Burrito” Ortega, corría por toda la cancha sin lograr nada; Mascherano, junto a los laterales, eran quienes permitían algún tipo de salida a los gauchos. Para colmo, un error de Banegas, que permitirá a futuras generaciones saber por qué los balones dentro del área chicha deben despejarse, cayó como agua helada no más comenzar la segunda mitad.

Con más ganas y voluntad que fútbol, los del país anfitrión se lanzaron a buscar el empate; el caos imperaba y cada jugador intentaba lo suyo por cuenta propia. Por suerte, alguien le explicó a Batista que cuando un delantero no marca, hay que sacarlo. El “Kun” Agüero entró y el meta boliviano notaba la diferencia. En el único centro con vergüenza de Di María, Burdisso dejó de pecho el balón al delantero colchonero, quien de primeras y sin dudarlo, dejó a todos parados con su remate, una jugada al más puro estilo de Capitán Tsubasa.

Con las tablas en el marcador, la albiceleste buscó la victoria, pero el luminoso ya no se movería más; ambas equipos tuvieron oportunidad de hacerse con la victoria, pero sus desaciertos, y las buenas atajadas de los guardametas evitaron que el balón terminase nuevamente en las redes. Argentina pasa de favorita a primera decepción del torneo, y Bolivia deja claras sus intenciones de pasar la fase de grupo. Mañana muchos hablaran de Messi, porque es lo único que saben hacer, pero por favor, que alguien les explique que en Argentina, donde nadie le pasa la pelota cerca del área rival, este jugador no tiene nada que ver con el próximo ganador del Balón de Oro.